Como técnicas de marketing inmobiliario, el home staging proporciona a las viviendas el atractivo necesario para agradar a los potenciales compradores, y hacerles sentir la felicidad de vivir en su nuevo hogar. Captar un ambiente sereno y fresco, en orden con buena circulación dentro de las estancias, y con puntos de luz adecuados, añadiendo muebles y complementos neutros y despersonalizados.

Y con estas premisas los home stagers emprendemos nuestros proyectos y realizamos intervenciones de home staging con el objetivo comercial de acelerar la venta o el alquiler de una vivienda.

Sin embargo, como cada vivienda es diferente y cada persona es un mundo, nos encontramos distintos clientes con pensamientos y objetivos dispares.

Este verano me escribió María para contratar un servicio de home staging, Me comentó su afición a guardar ropa y que necesitaba despejar espacios.

Cuando visité la vivienda de María, me di cuenta de la gran cantidad de vestidos, tantos que cubrían la mesa de la cocina y las sillas, el sofá, y el baño, dejando estos muebles inservibles para su uso cotidiano. Un conjunto caótico se apreciaba en la vivienda, reflejo de sus emociones internas, y delante de esta situación decidí buscar ayuda para conocer cómo debía tratar a esta señora, contactando con una coach tomé unas directrices basadas en primer término en tener claros mis límites, aunque pueda parecer duro y poco empático, y responsabilidad en protegerme, encaminadas a establecer unos horarios de trabajo y cumplirlos.

Y empezamos un lunes por la mañana en un dormitorio a escoger entre las prendas que se quedaban en la casa y las que se llevarían a cáritas, como habíamos acordado, y por la tarde continuamos con uno de los baños.

Y al día siguiente primer conflicto, María no quería continuar, no le apetecía escoger entre sus vestidos, quería hacer el esfuerzo solo un día a la semana. Tuve que imponerme para seguir adelante, y cumplir con el plan establecido, no había tiempo que perder.

Al poco rato llegó mi primera sorpresa, María me confesó que se había disfrutado de un baño relajante, y por ese motivo se sentía agradecida. Estaba en buen camino de recuperación.

Esta intervención de home staging fue mucho más allá de la estética. María recuperó sus espacios básicos como el sofá, los baños, varios armarios y la mesa de la cocina, comenzó a sentirse bien con ella misma, recuperando serenidad interior con ayuda de una especialista, y consiguió un trabajo a media jornada.

Me encanta ayudar a las personas!

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